“Revise la presión de sus neumáticos”. ¿Quién no ha visto este mensaje durante alguno de sus trayectos veraniegos en los paneles informativos que la Dirección General de Tráfico (DGT) tiene ubicados a lo largo y ancho de la red viaria española? ¿Tan importante resulta esa sencilla operación consistente en verificar una vez al mes que los neumáticos de nuestro vehículo están al nivel óptimo de inflado? La respuesta, sin género de dudas, es sí.

Seguridad Vial y neumáticos

Estamos hablando de Seguridad Vial con mayúsculas. De ahí que la Comisión de Fabricantes de Neumáticos del Consorcio del Caucho aplauda al departamento que dirige María Seguí por dar la importancia que tiene a la divulgación entre los automovilistas de cuánto se juegan si circulan con neumáticos a una presión inadecuada. Las marcas que la integran –Bridgestone, Continental, Goodyear, Michelin y Pirelli– animan a la DGT a perseverar en este tipo de acciones de concienciación.

Reducir los accidentes de tráfico es responsabilidad de todos. Y para conseguirlo es fundamental vigilar la presión de los neumáticos. Mucho más de lo que imaginas. Resulta vital para la consecución del objetivo estratégico “Visión Cero” del Gobierno de España que persigue conseguir la cifra de “cero” lesionados en las carreteras hacia el año 2050.

Revisar la presión de los neumáticos es fácil y sencillo

Revisar si los neumáticos del coche tienen más o menos presión de la recomendada es, probablemente, una de las operaciones de mantenimiento más sencillas que puede realizar el automovilista. ¿Por qué, entonces, no lo hacemos todos, sin excepción? ¿Es quizá porque no conocemos adecuadamente todos los peligros que encierra ignorar el mensaje que hemos podido leer este verano en los paneles informativos de las carreteras?

Neumáticos con la debida presión

¿Qué riesgos entraña circular con unos neumáticos a menos presión de la adecuada?

  • Pérdida de adherencia. Es uno de los efectos más reconocibles de circular con los neumáticos a baja presión. Puede ocasionar sensación de “flaneo” en la curvas.
  • En casos extremos, al circular a muy baja presión, y por efecto de la temperatura y un brusco cambio de trazado, podrías enfrentarte a un reventón o al “desllantado” del neumático.
  • Aumento de la distancia de frenado. Un neumático con una presión inferior a la recomendada necesita más metros para reducir la velocidad del vehículo.
  • Incremento del consumo de combustible. Debido al aumento de la resistencia a la rodadura. El esfuerzo para mover el coche es mayor.
  • Mayor desgaste del neumático. Habitualmente de forma irregular. Si circulas a baja presión hay más rozamiento, más temperatura y más torsiones. Te tocará cambiarlos más a menudo.
  • Aquaplaning. Ocurre cuando circulas a menor presión de la debida sobre un firme anegado de agua en el que los neumáticos no son capaces de evacuar todo el líquido elemento y pierde el contacto con el asfalto.

Si circulas con una presión por encima de la media:

  • La distancia de frenada aumenta.
  • Los neumáticos se desgastan por el centro y por lo tanto duran menos.
  • Consume menos carburante, pero aumenta el riesgo de rotura por impacto.

Una presión correcta aporta seguridad en la carretera ya que el neumático responde adecuadamente y el conductor puede controlar así el vehículo. Contribuye además al cuidado del medio ambiente ya que reduce las emisiones de CO2 al ahorrar combustible.

¿Entiendes ahora por qué es tan importante tomar buena nota de los mensajes de la DGT animándonos a revisar periódicamente la presión de los neumáticos? Hazlo. Interesa. La Seguridad Vial es cosa de todos.

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