Los nuevos automóviles suelen estar dotados de tecnología cada vez más avanzada y puntera. Es una prioridad tanto de los fabricantes de neumáticos como de los fabricantes de automoción en general ofrecer a los conductores un producto más seguro e innovador.
Desde la Comisión de Fabricantes de Neumáticos hemos hablado en varias ocasiones de la necesidad de comprobar el estado de los neumáticos, la profundidad del dibujo y la presión de manera frecuenta (al menos una vez al mes y siempre antes de salir de viaje). Lo hemos hecho, por ejemplo, en el siguiente video. En línea con esta apuesta por la seguridad, la Unión Europea obliga a que todos los coches que se comercialicen incluyan un sensor de presión de las ruedas. Y es que unos neumáticos con una baja presión incrementan notablemente la opción de sufrir un accidente.
Estas mejoras y estos cuidados, unidos a la mejora de nuestras carreteras, hacen que cada vez se produzcan menos pinchazos. Sin embargo, esto no debe hacernos bajar la guardia. No podemos perder de vista que un pinchazo en carretera es una opción que a cualquier conductor le puede ocurrir de forma imprevista. Las condiciones climatológicas, un asfalto más complicado al circular por carreteras cuyas condiciones desconocíamos o un despiste en la conducción pueden llevarnos a sufrir lo que comúnmente se conoce como “un pinchazo”. No hay que olvidar que nadie está exento de cualquier problema accidental, por mucho que podamos reducir notablemente las opciones.
Estas situaciones nos pueden llevar a tener que hacer uso de la rueda de recambio. Para muchos conductores, la quinta rueda suele ser la gran desconocida y, a veces, incluso no saben dónde está ubicada. Hay dificultades como, por ejemplo, el hecho de que las ruedas de los coches sean cada vez más grandes y que integrar una quinta rueda resulta cada vez más difícil y provoca un aumento de peso y pérdida de capacidad de carga considerables. Al no llevarla, entrará más equipaje o componentes mecánicos adicionales. Es verdad también que si este pinchazo se produce en una ciudad grande, la cobertura de los seguros o la disponibilidad de repuestos en talleres debería permitir solucionar la incidencia en un máximo de dos horas. Sin embargo, si este pinchazo se produce en carretera, todo se torna más complejo.
Algunos fabricantes han elegido los «kit repara pinchazos» para tapar un pinchazo y que se pueda inflar la rueda. Es verdad que esta alternativa nos facilita tener más espacio en el maletero.
Existen otras alternativas como, por ejemplo, llevar una rueda de emergencia (cuyo principal problema es que la velocidad a la que se puede circular no puede ser superior a 80 km/h) También se puede llevar una rueda de menor tamaño que las habituales, ganando espacio. Están las cubiertas autosellantes, neumáticos que tienen una goma muy blanda en el interior y que pueden reparar un posible pinchazo; y las cubiertas reforzadas, que permiten en caso de pinchazo rodar sin aire con limitaciones en la velocidad y en la distancia. Todas estas opciones son factibles para la reducción del peso del vehículo, reduciendo el consumo y las emisiones de CO2 en los vehículos. En estos casos, al no haber rueda de repuesto ni kit, es necesario dotarse de un kit en el caso de llevar otro tipo de neumáticos, como los de invierno, cuando estos no sean AutoSeal o Runflat.
Como en el caso de las otras cuatro ruedas, lo que sí será necesario es revisar la rueda de repuesto con frecuencia ya que pese a no haber sido usada, puede haber perdido la presión. Fijarse en el estado del kit sería otra sugerencia para aquellos que no llevan una rueda de repuesto al uso.
Respondiendo a la pregunta inicial que da el título a este post “¿son necesarias las ruedas de repuesto en los nuevos automóviles?”, la respuesta más acertada sería lo que dicta el Reglamento General de Vehículos cuando afirma que los vehículos de motor y los conjuntos de vehículos en circulación deben llevar los siguientes accesorios, repuestos y herramientas: “una rueda completa de repuesto o una rueda de uso temporal, con las herramientas necesarias para el cambio de ruedas, o un sistema alternativo al cambio de las mismas que ofrezca suficientes garantías para la movilidad del vehículo”.