¿Sabías que en más del 60% de los accidentes de tráfico relacionados con el estado del vehículo aparecen unos neumáticos deteriorados? El dato es de la Dirección General de Tráfico (DGT) y está contenido en las estadísticas oficiales de siniestralidad correspondientes a 2014. De ahí la importancia que los agentes de la Guardia Civil y policía local ya conceden al estado de las cubiertas, junto a otros sistemas, como el de iluminación, en las inspecciones rutinarias que realizan a los vehículos día a día.

Por ello, y siendo un elemento tan importante para la seguridad activa al volante, sorprende ver cómo algunos informes ponen de manifiesto la existencia de hasta 2 millones de cubiertas de segunda mano en el mercado español sin ningún tipo de control técnico. Una vez más, el sentido común a la hora de sustituir los neumáticos, y el asesoramiento de un profesional de confianza, parecen la mejor de las recomendaciones antes de dejarnos seducir por una falsa sensación de ahorro en el próximo cambio de cubiertas de nuestro automóvil.

Solo adquiriendo neumáticos nuevos, a través de un vendedor acreditado, podemos tener la certeza de que las cubiertas que vamos a montar en nuestro vehículo han superado todas las pruebas de calidad y rendimiento. Es la única forma, también, de asegurarse que el contacto que nuestro vehículo hará con la carretera va a ser el óptimo y que los neumáticos responderán adecuadamente en caso de emergencia y en cualquier tipo de condiciones meteorológicas.

Los neumáticos nuevos son sinónimo de confianza para el consumidor. Frente a una cubierta usada, que no sabemos de dónde proviene o el uso al que ha sido sometida, un neumático nuevo ofrece cumplida información al automovilista sobre su origen y prestaciones. Una garantía que no suele acompañar a un neumático de segunda mano. Porque, ¿cómo puede saber un automovilista que un neumático usado no tiene daños internos que eventualmente ocasionen un reventón?

No podemos olvidar que los neumáticos nuevos se adaptan a las características específicas de cada uno de los automóviles para los que han sido fabricados, al tipo de terreno y conducción que realicemos con ellos y de que, casi como un elemento vivo, se amoldan a nuestras necesidades. Por ello, es fácil entender que la instalación de neumáticos de segunda mano, que ya han vivido una vida anterior, compromete su rendimiento en otro automóvil, por lo que es fácil que produzcan molestas vibraciones y una notable pérdida de estabilidad del coche en el que se reutilizan. De ninguna forma, por lo tanto, podrán garantizar la misma distancia de frenado que unas cubiertas nuevas, con todo lo que ello conlleva.

¿Vas a poner en juego tu seguridad, la de los tuyos y la de quienes compartimos la carretera contigo? Por todos, di no a los neumáticos de segunda mano y confía en el asesoramiento de un profesional.