Deberías. Y no sólo porque la información está recogida en el manual de tu coche que guardas en la guantera. Ni siquiera porque nos lo recuerdan cada poco, en campañas e informes, instituciones como la Dirección General de Tráfico (DGT) o las ITV. O incluso porque en última instancia hay un límite mínimo legal para el desgaste de las cubiertas.

Deberías saberlo sobre todo porque es tu responsabilidad. Circular con unos neumáticos en mal estado compromete tu seguridad al volante y la de aquellos, vehículos o peatones, que se cruzan contigo. fffffffff

Datos a tener en cuenta

  • Un dato: el 61% de las incidencias que se producen en vehículos de más de 10 años mal mantenidos están relacionadas con el desgaste excesivo de los neumáticos.
  • Con todo, 15 millones de automovilistas españoles, el 40% del total, e independientemente de la edad del coche que conducen, no saben cuándo hay que cambiar los neumáticos. O eso señalaba una reciente macro encuesta encargada por la fundación de una importante compañía de seguros. Si es tu caso, presta atención, hemos elaborado este post para ayudarte a mantener los neumáticos siempre a punto y a reconocer el momento en que toca cambiarlos.
  • Pero antes, un último y elocuente dato facilitado desde la DGT. Por si eres de los que necesitan muchos argumentos para ser responsable, para tomar buena nota de los consejos que te ofrecemos desde la Comisión de Fabricantes de Neumáticos: del total de accidentes relacionados con este componente, nada más y nada menos que un 23% se concretan en un reventón o en la pérdida de una rueda mientras se circula. ¿Imaginas un escenario de mayor riesgo mientras vas al volante de tu vehículo?

El ABC de la conservación de los neumáticos

  • Elige unos neumáticos adecuados a las características técnicas de tu vehículo y tu particular estilo de conducción.
  • Revisa las presiones de forma regular. Una vez al mes, por ejemplo. Y según los niveles recomendados por el fabricante. Evitarás el riesgo de reventón, un desgaste prematuro, un aumento del consumo de carburante, una mayor distancia de frenada y la posibilidad de padecer episodios de acquaplaning en el caso de circular por calzadas con balsas de agua.
  • Inspecciona también de forma periódica -un análisis visual puede ser suficiente- que los neumáticos de tu coche no sufren deformaciones o desgastes irregulares. Tales síntomas estarían indicando algún que otro problema relacionado con una mala suspensión, presión inadecuada o alineación incorrecta. Si observas alguno de ellos,  acude a tu taller de confianza.
  • Si cambias sólo dos de los cuatro neumáticos, coloca siempre los nuevos detrás. Es más fácil hacerse con el control del vehículo si fallan los delanteros que los traseros.

¿Cuándo cambiarlos?

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No todos los neumáticos se deterioran de igual forma. Porque no todos han sido diseñados desde las mismas premisas, ni están hechos de los mismos materiales.

Sin embargo, el criterio fundamental, aquel que tendrán en cuenta en la ITV o si te paran los agentes de Tráfico en carretera, es el de garantizar que circulas de forma segura.

Desde el punto de vista legal, la pauta es clara, la profundidad mínima de los surcos principales de la cubierta debe ser de al menos 1,6 milímetros.

¿Cuándo se llega a ese nivel de desgaste?

Es difícil de prever. Depende de muchos factores, especialmente de tus hábitos de conducción y del entorno por el que lo haces. Con todo, una referencia, más o menos habitual, en los comunicados de la DGT, son los 40.000 kilómetros.

Hasta entonces, revisa las presiones e inspecciona visualmente que los neumáticos no están dañados de forma periódica. Sé responsable.

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