Circular con unos neumáticos en mal estado puede tener consecuencias fatales. Perder el control del automóvil en caso, por ejemplo, de un reventón o de un acquaplaning, acarrea cuando menos un buen susto. Por eso, los automovilistas debemos ser conscientes de que somos los principales responsables del mantenimiento de los neumáticos.

Para estar a la altura de esa responsabilidad necesitamos de una determinada actitud, de un claro compromiso con el mantenimiento del vehículo, pero también de la información adecuada para saber interpretar los síntomas, las señales que nos transmiten unos neumáticos en mal estado.

Atención a estas señales

El primer síntoma, recogido en la legislación, es la profundidad del dibujo de la cubierta. Esa profundidad, establecida en un mínimo de 1,6 milímetros, resulta crítica si nos enfrentamos, por ejemplo, a una calzada anegada de agua. Con un neumático desgastado, los canalillos del dibujo se muestran incapaces de evacuar el agua acumulada entre la rueda y el suelo, y nos enfrentamos al peligro de sufrir un acquaplaning.

Otras señales a las que hay que prestar especial atención son las deformaciones o los desgastes extraños fácilmente reconocibles en una inspección visual. Son un síntoma de que algo que no va bien en el vehículo está afectando a las ruedas: una mala suspensión por deterioro de los amortiguadores, presión inadecuada o alineación incorrecta. Ante la duda, es más que recomendable acudir a un taller de confianza.

La presión, fundamental

Expertos y autoridades aconsejan revisar periódicamente la presión de los neumáticos. Circular a una presión inadecuada modifica las características del neumático y su eficiencia en los esfuerzos de deriva y adherencia. Esto significa, por un lado, que se pueden producir desgastes extraños reduciendo el rendimiento y generando riesgo de reventón. Por otro, que su comportamiento mientras estamos al volante puede concretarse en reacciones imprevistas que nos den un buen susto.

Si los neumáticos llevan más presión de la adecuada, se desgastarán excesivamente en el centro. Si la presión es inferior a la recomendada, el desgaste mayor será en los laterales y se incrementará la resistencia a la rodadura, con el consiguiente aumento del consumo de combustible. ¿Cuál es la presión idónea? La que aconseja el fabricante del vehículo en el manual del mismo.

Los neumáticos nuevos, detrás

Una de las dudas más frecuentes entre los automovilistas que cambian dos de los cuatro neumáticos de su coche es dónde colocar lo nuevos. Siempre detrás. En caso de dificultades, resulta mucho más fácil hacerse con el control del vehículo cuando los neumáticos que fallan, incluida la eventualidad de un reventón, son los delanteros.

En definitiva, amigos, los neumáticos son fundamentales para la seguridad vial y la responsabilidad de circular con ellos en buen estado, de evitarnos sustos y accidentes, es de todos nosotros, de los automovilistas.